jueves, 10 de marzo de 2011

Una desconocida junto a la ventanilla

Siempre me gustó viajar, no importa si es por 10 minutos, media hora, o 26 horas.Me pasa desde chiquita, me divertía subirme a un auto o a un colectivo y mirar a las personas, o escuchar radio "Panda"(una radio al estilo Disney que existió desde los '90 hasta el 2000). También le hablaba a las personas que estaban al rededor mio, aunque a mi mamá le molestaba y me tiraba una de sus miradas fulminantes para que me calle, me siente y "me comporte como una nena educada, no como una india".
A algunas personas les resulta molesto o se impacientan por llegar a destino, yo en cambio busco la manera de distraerme para evitar pensar en el tiempo que pasa (y que pasa muy lento). Llego a entretenerme tanto que me desilusiono cuando el móvil se para y tengo que bajarme, en esos momentos pienso que quisiera tener un auto para manejar horas y horas pensando y descifrando como resolver mis problemas, o en su defecto planeando mi fuga. Ahora que ya crecí dejé de entretenerme hablándole a la gente, o cantando canciones en voz alta; Busqué distracciones mas acorde a mi edad (o madurez, creo que la edad no importa demasiado), como por ejemplo escuchar música que me inspire a pensar en los secretos que esconde la vida "¿Por qué estoy acá?¿ Hay algo que tengo que hacer? ¿Hay una misión para mi?". O mirar las caras de las personas e imaginar sus rutinas, que hacen, a donde van, observar sus miradas y tratar de ver si hay felicidad en sus ojos o si guardan oscuridad. Siempre fui buena para eso, con solo mirar a una persona puedo decir si tuvo un mal día, o si esta triste. No sé, es como una habilidad, inútil, pero habilidad al fin.
 Hay días que miro a alguien y siento que comparte lo mismo que me pasa ami. Hay una chica que viaja todas las mañanas en el colectivo conmigo y siempre esta llorando, pero no desesperadamente y con ahogo, sólo unas lagrimas que recorren su cara hasta que caen al suelo. Algunas veces las gotas saladas rozaban sus brazos llenos de cortes, esas cicatrices que su remera dejaba lucir. Supongo que dejar eso para que se note es una especie de pedido de auxilio. La realidad es que no es una chica linda, ni de tapas de revistas, pero no es fea... Igualmente quien soy yo para juzgar a alguien por su apariencia, seria algo muy irónico. Creo que las mujeres feas no existen, son un invento de los  superficiales para sentirse superiores, un invento hiriente que hasta puede llegar al alma de las personas y destrozarla (créanme que yo sé de eso). Esta chica se sienta siempre en el mismo lugar a llorar junto a la ventanilla, nadie la mira ni nadie la nota. Supongo que su mecanismo de defensa no funciona, o no le interesa que funcione... La envidio por tener la fuerza que se necesita para llorar en público, apuesto que si yo lo hiciera pasaría la mismo, nadie notaria nada. Ni siquiera si lo hiciera en mi curso, 32 personas que no te van a preguntar que te pasa ni aunque te auto-flageles con un cutter en medio del salón. (triste pero cierto, no envidien el compañerismo de " 3° economía"). Esta chica, la cual no sé el nombre, ayer en el primer día de clases no estaba en el colectivo y hoy tampoco, espero que sea porque terminó el colegio y no necesita viajar más o porque tiene otros horarios. Mi cabeza no para de pensar lo peor y siento que esta desconocida ya no va a viajar ni en ese colectivo ni en ninguno. Nunca más.

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