lunes, 1 de octubre de 2012

Despierta

     Una noche fría despierto aturdida por el ruido infernal de mi estómago retorciéndose por el hambre. Cansada, se repite la misma secuencia: Agua y un caramelo ácido. Las piernas ya hartas de arrastrar un cuerpo viejo antes de tiempo se tuercen y caemos una vez más. El piso duro recibe mi cuerpo que, en el camino a la perfección, se alejó y perdió el rumbo.
      Mis costillas rasgan mi piel y luchan por salir, el dolor sólo se compara con dagas clavándose en el cuerpo. 
     
    Sin dormir y sin despertar. 
     
     Siento como el cerebro hace esfuerzos inalcanzables para poder concentrarse... también quiere comer.       La imágen distorsionada en las vidrieras me marea.
      Siento el frío recorrer mi espalda, mis manos no dejan de temblar y el peso de mi cuerpo se triplica. Mis piernas no aguantan. Mi corazón acelerado comienza a bajar sus pulsaciones una a una, y diez en diez. Mi pulso es nulo.
     ¿Ya soy perfecta?

¿Y si un día despertamos sintiendo el frío de nuestros huesos y vemos que no valió la pena?¿Y si ya no despertamos?



Quiero vivir, no morir en silencio. Quiero estar despierta.


2 comentarios:

  1. Me cuesta identificarme con la idea tan tortuosa de morir de hambre por elección. De ponerse como meta expectativas tan mal sanas, creyéndolas como la realización de la felicidad.
    Me alegra que al final de todo, tus ganas sean las de mejorar.

    Y más me alegraría saber que este relato, estuviera reflejando una realidad ajena a la tuya. Tanto al pasado como a lo que vendrá.

    Un beso enorme.
    CS.

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  2. Ser más o menos flaca no te hace más o menos linda, pero te entiendo como nadie, vos sabes...
    - Me dijo gorda - ¿Y qué tiene de malo ser gorda? - no supe qué responderle, no dejes que un estereotipo te mate. Te quiero.

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