Y no, la inseguridad no era sólo mía.También era suya, por haber ido y venido dejándome una duda: "¿Volverá a irse?" Culpa del universo que anda por ahí regalando finales felices a cualquiera, pero sin avisar a quien le toca ¡Qué detalle!
Una vez lo sentí tan mío que cuando se fue, me rompí.
Sigo culpando al universo.