Soy la que se para frente a las vidrieras de una librería porque sabe que, algún día, su obra estará allí. Soy la que sostiene un atado de cigarrillos, aunque ya no fuma, porque es una rutina a la hora de escribir.
Soy la que inventa al asesino, al inocente y a la niña. Soy la que no sabe qué historia hará mañana, pero algo se le ocurrirá.
Soy una pluma y un tintero... Soy escritora.